Desde que comenzó la pandemia por Coronavirus empezamos a escuchar y leer por todas partes acerca de la importancia de fortalecer nuestro sistema inmunitario o sistema inmunológico. Las recomendaciones van desde la ingesta regular de Vitamina C, Zinc y Magnesio, hasta mejorar nuestra rutina de sueño para prevenir enfermedades. Sin embargo, para tomar un mejor cuidado de nuestra salud, primero es necesario entender qué es el sistema inmunitario y cuál es su función dentro del organismo.
¿QUÉ ES EL SISTEMA INMUNITARIO?
El sistema inmunitario es el conjunto de órganos, células y procesos biológicos que protegen al cuerpo de invasores como bacterias, virus, hongos, parásitos y toxinas. Este complejo sistema tiene la capacidad de distinguir entre las células que pertenecen al organismo y los componentes externos que podrían resultar dañinos. Por lo tanto, cuando una molécula ajena entra al organismo, el sistema inmune se encarga de atacarlo de inmediato. Esto se logra a través de dos segmentos principales que trabajan en equipo: el sistema inmunitario innato, con el que nace cada ser humano, y el sistema inmunitario adaptativo, el cual se adquiere cuando el cuerpo está expuesto a microorganismos dañinos.
Sistema inmunitario innato: la inmunidad innata o natural es heredada y se encuentra activa desde el nacimiento. Todos los seres humanos compartimos una protección general contra gérmenes que afectan a otras especies, pero no son nocivos para nosotros. Así como el moquillo que enferma a los perros no se presenta en humanos, el VIH/SIDA no puede enfermar ni a gatos ni a perros. Las barreras externas del cuerpo, como la piel y las mucosas que recubren el interior de la nariz y la garganta son parte de este sistema de protección y representan la primera línea de defensa contra enfermedades. Cuando un microorganismo entra en el cuerpo, el sistema inmunitario innato es el primero en reaccionar.
Sistema inmunitario adaptativo: la inmunidad adaptativa o adquirida se desarrolla a lo largo de la vida conforme la persona se expone a distintas enfermedades o se inmuniza contra ellas a través de vacunas. Con ayuda del sistema inmunitario innato, este sistema produce células conocidas como anticuerpos para proteger al organismo de invasores específicos. Los anticuerpos son desarrollados después de que una persona ha estado expuesta al invasor.
¿CÓMO FUNCIONA EL SISTEMA INMUNITARIO?
Cuando un microorganismo o patógeno logra penetrar las primeras barreras de seguridad del cuerpo, como la piel y las membranas mucosas, se inicia un proceso llamado respuesta inmune. Los glóbulos blancos o leucocitos son una pieza clave, ya que luchan directamente contra los gérmenes. Aunque representan apenas el 1% de las células en la sangre, su impacto en el cuerpo es muy grande.
Estas células se producen en la médula ósea y se almacenan en distintos órganos y tejidos como el bazo y el timo. Los leucocitos circulan por el cuerpo a través de los vasos linfáticos y los vasos sanguíneos en busca de gérmenes o sustancias que podrían ser nocivas para la salud. Cabe destacar que no todos los glóbulos blancos trabajan de la misma manera, hay distintos tipos y cada uno tiene funciones específicas. Algunos son, por ejemplo, los monocitos que se encargan de atacar a las bacterias, los neutrófilos que matan a las bacterias y hongos, los eosinófilos que atacan células cancerígenas, los fagocitos que destruyen invasores y los linfocitos que crean los anticuerpos para cualquier amenaza. Estos últimos se dividen, a su vez, en dos tipos: los linfocitos B y los linfocitos T.
Los linfocitos se producen en la médula ósea y pueden permanecer allí y madurar hasta convertirse en linfocitos B, o bien desplazarse hasta el timo, donde madurarán para convertirse en linfocitos T. Cada tipo desempeña una función especial. Por un lado, los linfocitos B detectan a las células invasoras y se encargan capturarlas. Después llegan los linfocitos T que se encargan de destruir las células previamente capturadas.
¿CÓMO SE DESARROLLA LA INMUNIDAD ADAPTATIVA?
Las sustancias extrañas que invaden el organismo se conocen también como antígenos. Cada vez que se detecta un antígeno dentro del cuerpo, distintas células colaboran para identificarlo y eliminarlo. Los linfocitos B producen anticuerpos, es decir, proteínas especializadas que se adhieren a los antígenos específicos y que encajan perfectamente entre sí.
Una vez que los linfocitos B tienen contacto con un antígeno específico, desarrollan una memoria del antígeno y de esta manera pueden producir los anticuerpos para esa enfermedad inmediatamente en caso de estar expuestos de nuevo. Es por eso que hay enfermedades como la varicela, la rubeola y las paperas que solo dan una vez en la vida, porque el cuerpo ya desarrolló anticuerpos para protegerse ante una segunda exposición.
Las vacunas funcionan de un modo similar. Ya que para prevenir ciertas enfermedades, la vacuna introduce en el organismo el antígeno de un modo sutil que no hace enfermar a la persona, pero que inicia el proceso para la creación de anticuerpos.
Fuentes:
- stanfordchildrens.org
- revistaciencia.amc.edu.mx
- rchsd.org